El espacio de juego, tanto en la elección de sus dimensiones (Owen et al., 2004), como en su orientación (Castellano et al., 2012), es un aspecto clave a la hora de diseñar tareas de juegos reducidos, ya que su manipulación puede afectar a la demanda física, fisiológica, perceptiva y motriz de los deportistas (Casamichana y Castellano, 2010).
Diversos estudios han centrado su atención en valorar como la modificación de las dimensiones del terreno de juego puede afectar a los requerimientos del jugador (Kelly y Drust, 2009; Owen et al., 2004; Tessitore et al., 2006), pudiéndose alterar tanto en términos absolutos como relativos (Hill-Haas et al., 2011). En referencia a esta cuestión, un aspecto clave es el concepto de espacio individual de interacción (EII), el cual es un parámetro importante a tener en cuenta en el diseño de tareas de entrenamientos en fútbol (Casamichana y Castellano, 2010). Dicho espacio, que no siempre es considerado por los técnicos deportivos a la hora de confeccionar tareas de entrenamiento, se define como el terreno de juego teórico que corresponde a cada jugador y que se calcula dividiendo el área del terreno de juego total entre el número de jugadores participantes.
Debemos ser conocedores de cuáles son las dimensiones de este EII en el fútbol de competición, para posteriormente tenerlo en cuenta en nuestras tareas de entrenamiento. Podríamos considerar, en un campo estándar de 100 x 60 m, que el espacio que corresponde a cada jugador es de 300 m2(excluyendo a los porteros). Sin embargo, las tareas propuestas durante el entrenamiento en escasas ocasiones alcanzan dichas dimensiones de espacio relativo a cada jugador participante (Castellano, 2008, datos sin publicar). Además, estos valores hacen referencia al EII teórico, puesto que los equipos en su interacción durante el partido ocupan menores dimensiones del espacio (Fradua et al., 2013).
Teniendo como base los datos aportados en la literatura científica,podríamos resumir que:
1.- los técnicos deportivos deberían tener en cuenta la variable dimensiones del terreno de juego y, por lo tanto, el EII en la confección de tareas de entrenamiento.
2.- parece existir en general un mayor número de estudios que observan que a mayores dimensiones del terreno de juego, mayor intensidad física y fisiológica.
3.- una posible explicación a esta mayor demanda en espacios grandes hace referencia al tiempo de juego efectivo, maximizado debido a un menor número de interrupciones reglamentarias en los espacios más grandes.
4.- Parece que las demandas fisiológicas apenas se ven modificadas, lo que podría provocar una misma adaptación al entrenamiento por parte de los jugadores en este sentido (diferencias “significativas” estadísticamente hablando en algunos casos pero insuficientes para provocar diferentes adaptaciones al entrenamiento).
5.- la elección de unas dimensiones u otras parece influir en la conducta motriz de los jugadores, con una mayor frecuencia de acciones de control y regate y control y tiro, una mayor número de intercepciones y despejes en los espacios más reducidos.
6.- debemos tener en cuenta los resultados de los estudios que analizan la competición para acercarnos a ella durante el entrenamiento
Referencias
Casamichana, D., y Castellano, J. (2010). Time-motion, heart rate, perceptual and motor behaviour demands in small-sides soccer games: Effects of pitch size. Journal of Sports Sciences, 28(14), 1615-1623.
Castellano, J., Casamichana, D., y Dellal, A. (2012). Influence of game format and number of players on heart rate responses and physical demands in small-sided soccer games. Journal of Strength and Conditioning Research. Doi: 10.1519/JSC.0b013e318267a5d1.
Fradua, L., Zubillaga, A., Caro, O., Fernández-García, I., Ruiz-Ruiz, C., y Tenga, A. (2013).Designing small-sided games for training tactical aspects insoccer: Extrapolating pitch sizes from full-size professional matches. Journal of Sports Sciences, 31(6), 573-581.
Hill-Haas, S., Dawson, B., Impellizzeri, F. M., y Coutts, A. (2011). Physiology of small sided games training in football. A systematic review. Sports Medicine 41(3), 199-200.
Kelly, D. M., y Drust, B.(2009). The effect of pitch dimensions on heart rate responses and technical demands of small-sided soccer games in elite players. Journal of Science and Medicine in Sport, 12(4), 475-479.
Owen, A., Twist, C., y Ford, F. (2004). Small-sided games: the physiological and technical effect of altering pitch size and player numbers. Insight, 7(2), 50-53.
Tessitore, A., Meeusen, R., Piacentini, M., Demarie, S., y Capranica, L. (2006). Physiological and technical aspects of ''6–a–side'' soccer drills. Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, 46(1), 36-43.
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