EL ELEFANTE ENCADENADO

Una vez, a una pequeña ciudad llegó un gran circo. Allí se encontraban payasos, trapecistas, animales de todo porte y peligrosidad, y el más grande y el más "bueno" de todos: el elefante. Su gran tamaño y mansedumbre llamaba la atención de grandes y chicos. Permanecía con una pata atada a una pequeña estaca de madera clavada en el piso, mientras con su trompa recogía pasto y se lo introducía en la boca.

Un pequeño niño que pasaba por el lugar, se preguntó ¿Porqué el elefante no está en una jaula como los otros animales? ¿Con su tamaño y fortaleza, podría arrancar la estaca, y escapar para hacer lo que quisiese?

Años más tarde supo la respuesta. Cuando el elefante es pequeño, se lo sujeta con una soga a un árbol, y se lo deja allí durante días. Entonces, el elefantito trata de liberarse para poder jugar, tira de la soga, embiste el tronco del árbol, patalea, pero luego de varios frustrados intentos se cansa. Es así que graba en su cerebro el mensaje de su impotencia "Contra esta estaca de madera que me impide mover NO SE PUEDE, y en lo sucesivo cualquier elemento, tronco, palo o palito al que lo aten, significará lo mismo. NO SE PUEDE.

Del mismo modo funciona el ser humano. A lo largo de la vida recibimos mensajes que van condicionando nuestro actuar. Estos llamados MANDATOS, forman parte de la historia de nuestro Club. Y es así, que sin darse cuenta, se sigue arrastrando una misma manera de actuar.
En el tiempo que he estado entrenando en el Club, he oído muchas de esas creencias disfuncionales. Siempre se escuchaba alguna razón o excusa como para no dar lo mejor de ustedes... que el entrenador anterior..., que a tal club no le podemos ganar..., que nunca podemos cerrar un partido..., que siempre nos pasa lo mismo..., etc,. De tanto decirlo y repetirlo, se empieza a jugar desde ese lugar.
Lo más negativo es que se lo creen, y sin darse cuenta, siguen atadas en el mismo destino, igual que el elefante, que piensa ¿para qué luchar si no puedo?

Esta es una defensa imaginaria para protegernos del miedo. Y yo les pregunto: ¿Quién dio que no lo pueden hacer? ¿Por qué no pensarse como el mejor club de hockey? Las jugadoras y los talentos están. Sólo falta salir y demostrarlo.

Reinventen su historia, pasen a ser leyenda de las divisiones inferiores, dejen de comer pasto tranquilamente, y salgan a desafiar a cualquier estaca que se presente en el camino. Porque el equipo se la cree, porque el Club puede. Porque tiene jugadoras con garra y un corazón enorme con los colores del club.

Cada experiencia que les sucede es un aprendizaje. Si a algún equipo no se le pudo ganar en otros tiempos, ahora si podrán porque lo creen. Las sobre exigencias en la obtención de resultados, el perfeccionismo, el individualismo, las quejas y las excusas no forman parte de un equipo campeón. Los roces, las desvalorizaciones, el no te metas, criticas permanentes, amenazas de abandono al juego, mala cara si van al banco, falta de responsabilidad y puntualidad, son todos elementos que restan a la hora de definir.
Cada uno de nosotros, por el solo hecho de ser humanos, no debemos actuar como el elefante que permanece atado por una soga a una insignificante estaca. Cómodo sí, pero en el mismo lugar. Cada una de ustedes, puede razonar, pensar, rebobinar, desgravar, y empezar a escribir una nueva historia. Su historia.

Salgan a dar lo mejor de cada una de ustedes, y si no sale, al menos lo han intentado. No nos quedemos en lo negativo de cada situación. "Quizás el miedo nos vaya tomando respeto, el mismo respeto que nosotros le estamos perdiendo"

Lic Julia Alvarez Iguña

Psicología de deporte de Alto Rendimiento

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