Una distorsión cognitiva, es el proceso erróneo de una información. Estas percepciones y pensamientos distorsionados que realiza una persona, acerca de sí mismo, del mundo y del futuro, son las que determinan creencias mal-adaptativas, transformando la realidad, reaccionando siempre de la misma manera aprendida.
Cuando hablamos de competencia, todos queremos ganar, eso es lógico, pero no debe convertirse en único imperativo. Si el jugador construye su juego en base a resultados, lo está realizando bajo el mecanismo de la idealización; la representación de una “realidad” interior, que debe ser confirmada, para sentir que somos “buenos”. Cuando los números no acompañan, es un golpe, que ratifica la idea de desvalorización interna, que todos, en ciertos momentos de la vida, llegamos a sentir.
Una de las formas ilógicas de estas distorsiones se llama “descalificación de lo positivo”. Se trata de jugadores, que desconsideran u omiten sus buenas experiencias, magnificando las malas. No se trata sólo de ignorar lo positivo de su juego, sino que lo transforma, inteligente y rápidamente en su opuesto. Descalificar lo positivo, es una de las formas más destructivas de la distorsión cognitiva, nos desvalorizamos, lo comparamos y confirmamos con el resultado. “Siempre hago lo mismo”, “que mal jugué”, “todo me salió mal”, etc.
Un ejemplo cotidiano, sería la forma en que la mayoría de nosotros hemos sido condicionados a responder a los elogios. Cuando alguien alaba tu juego, o tu entrenamiento, puede que te digas a vos mismo: “quieren quedar bien, y nada más“. Con un golpe rápido, descalificas mentalmente su elogio.
Muchas veces, cuando nos centramos en lo negativo, tendemos a quitar importancia a las cosas buenas. Yo te pregunto: todas las buenas jugadas que has hecho, ¿donde las ponés? o acaso no sirven. Es imposible que todo te salga mal, rebobiná, y acordáte de los buenos momentos que has tenido. Aprendé a valorizarte. Aunque de diez te hayan salido cuatro, esas cuatro valen mucho, las malas no cuentan. No te apresures a sacar conclusiones de tu conducta, y no te evalúes en categorías extremas como “bueno” o “malo”.
El deportista, debe crear su propio espíritu de lucha cambiando sus mapas mentales. Todo está en tu percepción, en tus creencias, y forma de ver las cosas. El ideal estado mental es lasensación de sentirse seguro, focalizado en el objetivo, en la sincronización de la mente y el cuerpo en un mismo estado, sin interpretaciones personales o críticas.
Cuando caemos en nuestras demandas emocionales, cae nuestro equilibrio, ya que no podemos encontrar repuestas en lo imaginado. El jugador es un continuo buscador de preguntas, y las soluciones se deben trabajar, y buscarlas en tu confianza interior.
Lic Julia Alvarez
Twitter @IgunaJulia
Material autorizado para su reproducción citando autora y fuente.
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