Muchas veces planteamos y estudiamos cómo algunos comportamientos o estilos que adoptamos en los entrenamientos pueden influir en la motivación y bienestar del jugador de rugby.
Algunos jugadores deciden aumentar su autonomía, dándole un mayor protagonismo en la elección de las tareas a realizar durante el entrenamiento y ésto repercute en el hecho de estar más motivado y aumenta su bienestar. Esto no quiere decir que los jugadores dirijan los entrenamientos, sino que dentro del esquema de sesión que el entrenador prepara, el jugador tiene libertad para proponer alguna modificación en los ejercicios o proponer alguno distinto en función de sus sensaciones, estado mental, estado físico etc.
No es fácil tener claro qué estilo de liderazgo adoptar, ya que éste va a depender de las características de la situación en la que nos encontremos, de las características del jugador, y del objetivo que estemos persiguiendo
Se consideran dos estilos de liderazgo, uno de apoyo a la autonomía, donde el entrenador tiene en cuenta la opinión de los jugadores y fomenta que participen en la toma de decisiones, y otro de control, donde el entrenador tiene una mayor autoridad y él es el responsable de la toma de decisiones. En función del tipo de estilo adoptado por el entrenador, se analizan cómo pueden influir las características de cada estilo en el bienestar de los jugadores.
Las siguientes son características que tienen influencia positiva en el bienestar de los jugadores:
1. Adoptar un estilo que favorezca la autonomía de los jugadores va a aumentar su autoestima y va a reducir el riesgo de abandono deportivo.
2. Los jugadores tienen que sentirse comprendidos y valorados, proponiéndoles ejercicios y actividades que les resulten atractivas y significativas.3. Hay que ayudar a que los jugadores confíen en su habilidad para hacer las cosas bien, tanto en entrenamientos como en partidos.4.- Animar a los jugadores a preguntar sobre las actividades en las que están participando y tratar de responderles de con detenimiento y atención.5.- Entender cómo se sienten e intentar estar seguro de que los jugadores entienden los objetivos de las actividades que proponemos.6.- Evitar dejar de mostrar afecto o atención cuando los jugadores no van en la dirección que queremos.7. Evitar distanciarnos o dejar de apoyarlos cuando los jugadores no ven las cosas como nosotros, o no están jugando bien.8. Evitar ser excesivamente controladores ya que esto puede hacer que se reduzca su autoestima y se incremente el riesgo de abandono.
Todos tenemos claro que uno de los grandes beneficios que el rugby puede aportar a nuestros niños y jóvenes es el bienestar psicológico que provoca, sin embargo, cuando empiezan a competir este bienestar psicológico frecuentemente se vuelve en malestar, debido a la presión que los chicos perciben. En muchas ocasiones esta presión depende del ambiente que creamos los entrenadores y padres, por tanto, se plantea que es importante que percibamos el rugby formativo como una herramienta de aprendizaje y de mejora de la salud tanto física como psicológica y no nos dejemos llevar por la vorágine de las competiciones tratando a nuestros niños como pequeños profesionales.
Modelo Multidimensional de Liderazgo de Chelladura. Isabel Balaguer y grupo (Universidad de Valencia, España).
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