lunes, 18 de noviembre de 2024

EL ENTRENADOR TRANSVERSAL


Después de haber entrenado durante varios años divisiones infantiles y de observar y tratar empírica y científicamente porqué en algunos casos existía deserción sin fundamentación alguna (las respuestas eran vagas, tanto de jugadores como de padres y de los entrenadores), decidimos interiorizarnos en el tema.

Luego de variadas consultas a antiguos entrenadores, psicólogos y maestros formales, llegamos una conclusión que puede morigerar aquélla deserción y ayudar a la contención de nuevos jugadores infantiles.
En primer lugar, los niños llegan al club en su mayoría, sin saber qué es el rugby, para qué los llevaron sus padres, y mucho menos porqué lo invitó su amiguito.
Vienen de ámbitos muy distintos.

Hagan Uds. un simple retroceso en vuestras vidas y realicen las mismas preguntas que están más arriba. Seguramente no sabrán contestarlas, y los que sí pueden hacerlo, bienvenidos sean.

Piensen y reflexionen:
- Los niños actuales decididamente son diferentes a aquellos que nosotros supimos conocer.
- No tienen posibilidades de ejercitar su motricidad (no todos viven en barrios cerrados, ni pueden jugar con sus amigos en la vereda del barrio, y solo existen honrosas excepciones del sistema formal educativo que destina fondos y recursos a estos temas).
- Nacieron en la era digital. Su realidad es distinta, sus acciones se transmiten a través de aparatos electrónicos y no en un campo de juego o una vereda cualquiera.
- Sus padres, en la mayoría de los casos están demasiado ocupados en sus asuntos para dedicarles tiempo a los juegos físicos que ayudaría muchísimo a los entrenadores de rugby.
- Recibir o atestar un golpe (siempre bien intencionado), tampoco existe en la realidad de estos niños, sus relaciones son a la distancia (del cable de la computadora o del teléfono).
- Así, podríamos repetir y descubrir decenas de situaciones similares que contradicen lo que luego los entrenadores tratamos de enseñar en los entrenamientos en el club.

Entre éstas reflexiones descubrimos junto a los profesionales de la psicología y personas idóneas consultadas, que los entrenadores estamos incurriendo en un error involuntario que es a nuestro humilde modo de ver, grave, que expulsa jugadores en vez de reclutarlos y retenerlos.
Imaginen un niño (me pasó muchas veces), que viene por primera vez al club (estamos hablando siempre de niños, no de juveniles, ese es otro tema más complicado). La realidad de ese niño hasta que pisó el club es: su familia, su escuela, y sus amigos circunstanciales.

Qué hacemos equivocadamente nosotros?
Inmediatamente los introducimos al grupo, tratamos que sea aceptado por todos, e inevitablemente, con dos o tres indicaciones, le resumimos las reglas de un deporte que tiene demasiadas para aprender, generalmente ilógicas desde la mirada del deporte más practicado en la Argentina (fútbol) y por sobre todo, que tiene un roce necesario de cuerpos, campo de juego y el objeto (pelota) que es diferente a todas las ya conocidas por ellos.

Sitúense por unos instantes en la percepción de ese niño:
1) Quizás vino invitado por un amigo,
2) Quizás lo llevó un padre exrugbier que pretende que sea un Puma en dos partidos,
3) Quizás lo trajo un padre que de rugby no tiene la menor idea.
Es una situación difícil y que aparece a veces como traumática.

Hasta aquí, las críticas que hacemos, inclusive a nosotros mismos.
Pero como todos los problemas, aparece la luz de las soluciones, que son las que proponemos, pueden haber muchas más, pero estas son las concluyentes:

1.- Crear un gabinete de “recepción del nuevo jugador” que NO debe ser ni el entrenador de la división a la cual corresponde se incluya el niño, ni el manager, ni el secretario del club.
2.- Necesariamente debe ser uno o varios entrenadores carismáticos, que “reciban” a estos nuevos jugadores.
3.- Estos deberán: mostrarles el club en su totalidad (puede ser en compañía de sus padres, eso facilitará la confianza hacia el novel jugador), explicarles de qué se trata el rugby y porqué es el mejor deporte para nosotros, y luego presentarlo a sus compañeros.
4.- Por lo menos durante dos meses u ocho entrenamientos, enseñar las destrezas básicas correctamente, vincularlos con los miedos que deben superar (el contrario, la pelota, el piso, etc.), y demostrarles que jugar no es golpearse ni sacrificarse, sino que, jugar es DIVERTIRSE.
5.- Una vez preparados, incluirlos en el grupo, sin menospreciar el natural cinismo de los niños, lo que también ocasiona muchas veces deserciones inesperadas de niños que podrían compartir con sus compañeros toda su vida dentro del club que tanto amamos.
6.- Debe ser una tarea normal, no forzada, lo más natural posible, así, cuando se incorporen definitivamente al grupo al cual corresponden se incluyan, la autoestima de estos “NUEVOS” se encuentre alta, porque saben que pasaron por una etapa evolutiva corta pero muy necesaria, que sus mismos compañeros de club le brindaron para un mejor bienestar en el ingreso al rugby como deporte lúdico.
7.- En los casos en los cuales se produzca algún retroceso, (que también es natural), no vendría mal volver al “gabinete” por un par de semanas y reforzar los conocimientos.
8.- En las tareas grupales, donde no existe el roce, por ejemplo la ejercitación exclusivamente física, podrían estar incluidos en sus grupos respectivos para ir morigerando la resistencia a la inclusión de “nuevos” que manifiestan natural y repito cínicamente los niños
9.- Por ningún motivo deberíamos estigmatizarlos, solamente, están aprendiendo lo que “…ustedes ya saben, esa debería ser la respuesta…”. Los niños no indagan demasiado, recuerden que siempre hacen lo que ven, y si todos observan que al “nuevo”, cuando se ponga la camiseta el domingo no se le va a caer la pelota, ni se va a amedrentar ante un tackle, no son incapaces de comprender que todo ese trabajo los beneficia como conjunto.
10.- Es cuestión de animarse a practicarlo. Obtendremos también mayor seguridad (regla básica del rugby infantil), el agradecimiento de los padres (por nuestra preocupación en el tema), la sonrisa de los que “ya saben jugar” porque comprenderán el trabajo que se está haciendo, y el inestimable reconocimiento de nuestros colegas entrenadores, puesto que no deberán repasar conceptos ya aprendidos cuando el “nuevo” se incorpora y el grupo no perderá su homogeneidad.
11.- Hay que animarse y buscar los recursos humanos necesarios, no es imposible practicar esta idea que ya se realiza en clubes del exterior y de nuestro país.


Luis Horacio Ibañez Gattelli
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Material autorizado para su reproducción citando autor y fuente.

lunes, 21 de octubre de 2024

TIPS PARA ENTRENADORES DE RUGBY



- Procurar rodearse de ayudantes o colaboradores que puedan suplirlo si es necesario.
- Tratar de involucrar a los padres en las actividades.
- Instruirse permanentemente.
- Realizar cursos o interiorizarse sobre primeros auxilios.
- Planificar la practica con anterioridad.
- Se aconseja contar con los elementos que considere necesarios para la práctica (pelotas necesarias, conos para delimitar sectores de trabajo, bolsas de tackle, etc.)
- Hacer los ejercicios simples y sin complicaciones.
- Inculcarle al jugador que lo más importante, para que las cosas salgan bien es Pensar antes de actuar.
- Estar siempre preparado para comenzar la práctica, planificarla y al finalizar realizar una evaluación de la misma (consultar a los jugadores si se divirtieron, que es lo nuevo que aprendieron, que no les gustó, etc.), esto nos permitirá evolucionar en la metodología de trabajo.
- Analizar y corregir errores en el momento que los observa, no los deje pasar.
- Desarrollar ejercicios que incluyan las metas del entrenamiento.
- Incentivar otras actividades a desarrollar en grupo.
- Concurrir al entrenamiento con el equipo adecuado al igual que los jugadores.

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viernes, 4 de octubre de 2024

ENTRENAMIENTO DE SITUACIONES DE ATAQUE


Cuando planificamos en los entrenamientos la resolución de situaciones de ataque y defensa, debemos tener en cuenta algunos aspectos, que permitirán que el objetivo planificado se logre cumplimentar.

Debe quedar claro tanto  para los jugadores como para  los entrenadores, que siempre que trabajemos estas situaciones, estamos trabajando dos objetivos al mismo tiempo. No se trabaja solo el ataque, o solo la defensa.

Puede suceder que el objetivo principal del drill o del juego sea referido al ataque, pero no por eso voy a dejar de lado a la defensa. Las correcciones deben estar puestas en los dos aspectos del juego.

Organización de drills para Ataque:

  • Debemos como primera medida, asegurar que el sector de entrenamiento este apto para una situación de contacto.
  • Siempre armar el drill de lo mas simple a lo mas complejo y de lo conocido a lo desconocido. No comenzar con un drill totalmente nuevo. Partamos de una situación que sea familiar para los jugadores
  • Tener en cuenta que si lo que yo quiero es trabajar el ataque cualquiera sea el drill que elija, el ataque debe comenzar teniendo amplia superioridad sobre la defensa. Ejemplo: Objetivo resolución del 4v4, primero debo pasar por el 4v1 , para que luego se valla complejizando el ejercicio hasta lograr el 4v4.
  • Desarrollar los trabajos en espacios lo mas reales posibles o donde realmente el ataque pueda encontrar los intervalos defensivos, para llevar adelante el objetivo planificando. Ejemplo: Partido 12v12 en espacio muy reducido, el ataque no podrá desenvolverse normalmente y es muy raro que esto suceda en un partido, ya que los espacios están calculados en proporción a la cantidad de jugadores.
  • Orientar también a los jugadores a que utilicen todo el espacio que el drill permita para atacar.
  • Hacerle ver al jugador la importancia de la profundidad, de venir lanzado, corriendo, sea portador o apoyo. Además de atacar el espacio.
  • Debo estructurar el ejercicio para que respete los principios del ataque y sus objetivos primordiales.

Estos puntos planteados arriba, son una guía a tener en cuenta para cuando planificamos situaciones de ataque. Permiten ordenarnos y focalizarnos en la resolución.

Darío Salluzzi | Licenciado en Educación Física | Email: dario.salluzzi@gmail.com
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viernes, 27 de septiembre de 2024

PERDIMOS POR EL ARBITRO

Recuerdo desde juveniles que se nos enseñó constantemente a no hablar con el referee. Se nos hablaba de esto constantemente y se nos trataba de educar todo el tiempo. Incluso había carteles por el club que decían “el árbitro siempre tiene la razón”. Por mi parte siempre me gusta usar irónicamente “el árbitro siempre tiene la razón, excepto cuando se equivoca”.
En las infantiles o juveniles si alguno discutía con el árbitro recibía un penal por hablar, entonces era muy probable que el entrenador te cambie por otro y que recibas un buen reto de parte de ellos. ¿Alguna vez te cobraron un penal por hablar? En los infantiles no tengo muchos recuerdos de los árbitros, más allá de que siempre era el padre de alguno. Ahí realmente creo que el árbitro no existía. Éramos muy chicos, lo único que nos importaba era agarrar la pelota y correr para adelante.
Después nos quedábamos contando quién había hecho los tries, quien hizo los tackles, riéndonos con los padres-entrenadores que se alegraban por cada progreso nuestro, por más mínimo que sea. Eran épocas sin problemas en las cuales nunca se nos cruzaba por la cabeza pensar quién había sido el árbitro y cómo lo había hecho.
En los juveniles la cosa empieza a cambiar. Uno crece y la mente se empieza a contaminar. Te olvidas de pensar que el rival era mejor que vos y que te superó. La humildad comienza a ser algo difícil de encontrar. Nacen las excusas. La mente se desarrolla y te traiciona poco a poco. Ahora para ser humilde hay que trabajar, hay que buscarlo, ya no está inmerso en uno como en la época de infantil. “Perdimos por el árbitro”, “el árbitro nos mató”, son frases que empiezan a sonar en la adolescencia.
No somos capaces de mirarnos para adentro, aceptar los errores propios y creemos realmente que un árbitro vino a arruinarnos la tarde, a cobrarnos todo en contra, a cobrarle al otro equipo porque le tiene simpatía. ¿Cómo puede ser que nos creamos tan importantes como para creer que un árbitro nos tiene bronca o nos quiera cobrar en contra?
Acá los entrenadores pasan a jugar un rol fundamental. Si te toca un entrenador tranquilo y muy disciplinado es una lucha constante para acercarte a la humildad y alejarte de las excusas. Si el entrenador es de los que gritan todo el tiempo de afuera, sumado a que nadie calla a los padres que también se meten y a veces ni saben las reglas, la cosa se pone fea. La contaminación crece y crece.
Cuantas veces suele pasar que el referee no asiste al partido y toca que el local se haga cargo de arbitrar. En este caso siempre existen dos tipos de referatos. El que cobra todo a favor de su equipo, el que sólo ve los penales que hacen los rivales e inclina la cancha a favor de su club. Y por otro lado tenemos al que no quiere que piensen que cobra todo a favor de su club y cobra todo a en contra; y lo querés matar. Sólo te mira a vos todo el tiempo. Recuerdo una vez escuchar a uno decir “yo no puedo referear a mi club porque le cobraría todo a favor”.
Con Hindú siempre salían partidazos en mi camada, tanto en la A como en la B. La B era todo un clásico y siempre uno de los partidos más difíciles del año. Me acuerdo que cuando venían a jugar a Belgrano se quejaban de que siempre el árbitro les robaba. Los partidos se definían por la mínima diferencia cada vez. Corría la misma suerte cuando nos tocaba ir a jugar a Torcuato, en donde por lo general ganaban ellos, y la queja venía de parte nuestra contra el referato.
Incluso en ese momento estaba dando sus primeros pasos como árbitro Francisco “Achi” Pastrana, que tenía a su hermano Benja jugando en esa camada. Mirando ahora hacia atrás, ¿cómo podemos preocuparnos tanto por el árbitro?
Con todo lo que uno tiene que mejorar y disfrutar del juego el árbitro no debería ni existir.
“Estoy a diez señor”, “¿cuánto falta señor?”, “¿hay tiempo para una más?”, “¡que la suelte señor, que la suelte!”, “se tiran de cabeza”, “es amarilla”. Si los juveniles están contaminados ni hablar de cuando llegamos al plantel superior. Acá la humildad desaparece. Empezamos a darle una importancia enorme al referee. Cada sábado a medida que se hace más tarde, más gente viene a ver los partidos. El rugby evoluciona constantemente y se cambian reglas casi todos los años, sin embargo hay jugadores como yo, e hinchas, que leímos el reglamento hace 5 años. O tal vez algunos nunca lo leyeron, simplemente aprendieron jugando. 
Claramente estamos a años luz del futbol, pero sí es verdad que hoy hemos involucionado como público. Se permite gritar un poco más que hace 10 años. En algunos clubes se aplauden las amarillas, se hacen ruidos cuando alguno va a patear y se piden penales todo el tiempo. Ya son pocos los que callan a alguien cuando grita de afuera. A veces hasta se arman pequeños conflictos por alguno que quiso callar a uno y ese le contestó. También cuando algún hincha se acerca a increpar al referee después del partido y otro del mismo club lo para.
Mi club tampoco se queda atrás. Un día había un chico de 10 años llorando diciéndole a su padre, un ex jugador del club, que habíamos perdido por culpa del árbitro.
Los árbitros serán siempre las personas más débiles dentro de una cancha. Me tocó referear muchísimas veces en mi club y fuera de mi club. Si tengo que definir el estilo de cómo dirijo tengo que confesar que soy fanático del “siga siga”. Me gusta mucho la ventaja y cómo evoluciona el juego a partir de los que arriesgan con esa ventaja.
De hecho cuando juego detesto a los árbitros que todo lo ven como un penal, cada punto encuentro es un penal y el partido se torna aburridísimo para todo el mundo. Me han cobrado algunas veces penales por quejarme ante el árbitro y siempre han sido por no poder olvidarme de que el árbitro existía, no poder concentrarme en lo que tenía que hacer. Ser árbitro me ayudó mucho a ponerme en el lugar del otro y además me divertí mucho siguiendo el juego desde otro ángulo. También descubrí que es importantísimo pasar desapercibido y colaborar con el juego, entender las situaciones para ayudar a que cada equipo saque lo mejor de sí. No es nada fácil, pero es bueno tenerlo como objetivo a la hora de referear.
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viernes, 20 de septiembre de 2024

LOS DESAFÍOS EN EL RUGBY

Los desafíos nos permiten crecer y superarnos 

Toda competencia puede ser tomada como una adversidad o una amenaza, todo dependerá desde el lugar donde me pienso, de cuál es la imagen que tengo de mí mismo y del objetivo de mi juego.
Ante resultados adversos muchas veces el jugador se pregunta: ¿Qué estoy haciendo acá?, sin darse cuenta como ese pensamiento interviene en su motivación y estado de ánimo. En esos terribles momentos es cuando se necesita hacer un cambio de foco, y recordar que está ahí no por la recompensa que va a recibir, sino por la gratificación del esfuerzo. En el deporte no se puede estar siempre con una “orientación hacia el producto” en lugar de una “orientación hacia el proceso”.


El deporte, como la vida, es un ideal a largo plazo lleno de subidas y bajadas. Recuerdo un profesional de golf siempre me solía decir “el golf es como una montaña rusa, un hoyo estás arriba y en el otro abajo”, y tenía razón, subís dos, bajas tres, pero lo importante es que la rueda no deje de parar.
El jugador suele ser muy crítico consigo mismo y no se perdona nada, pero el espacio de esperanza y paciencia debe prevalecer sabiendo que esas son las pruebas que nos pone el deporte: "o seguís las reglas, o abandonás si no sos lo suficientemente fuerte para afrontarlas"
.
Perder siempre genera un sentimiento de frustración terrible. Cuando se perdió ya no hay nada más que hacer. Muchas veces no se pierde por la habilidad. Recuerdo a Manu Ginobilli ante una derrota con su equipo decir: “Nosotros perdimos, pero perdimos por algo: la agresividad”. Cuantas veces el resultado adverso se da por esa trompada fuera de lugar, por la discusión con el réferi, por la tarjeta roja de un jugador, por la descarga de agresión injustificada, por la agresividad hacia uno mismo.
¿Quién no ha perdido? Hasta en la vida misma, uno pierde cosas todos los días. Algunos se dejan vencer, tomando el camino más fácil, otros miran para otro lado, o ponen el problema afuera. Pero hay otros que llegan midiéndose con el problema. Gracias a las derrotas nos superamos ya que competir por nuevos objetivos es lo que nos pone a prueba y nos da una identidad diferente como personas.
Estamos hablando de ideales, de las pequeñas metas, de las pequeñas cosas, de esas anticipadas representaciones que marcan un camino.
Si uno mira hacia atrás en el pasado y todo es negativo, nos quedamos atrapados allí. Lo bueno del pasado es que está detrás de nosotros.
Tenés dos caminos, te quedás llorando la pérdida, o seguís peleando tu futuro. 



Lic Julia Alvarez
Twitter @IgunaJulia
Material autorizado para su reproducción citando autora y fuente.


lunes, 2 de septiembre de 2024

ESTAMOS EN INSTAGRAM


Estamos muy agradecidos a todos quienes confían en nuestro espacio de intercambio en información de Rugby. La evolución y el reconocimiento nos obligan a seguir dando respuesta a todos.

Se han sumado colaboradores y otros sitios web que relacionan nuestros contenidos. Todo ésto nos pone muy contentos y además queremos invitarlos a que continúen recomendándonos.

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viernes, 23 de agosto de 2024

RUGBY DE LOS 3 MINUTOS

El “Rugby de los tres minutos”


El llamado "Rugby de los tres minutos", exige a un equipo a jugar en esos mini períodos de tiempo con máxima intensidad, inteligencia y concentración, como si el resultado dependiera de lo que el equipo pudiera hacer con la pelota en su posesión en esos tres minutos o de lo que pudiera aguantar defendiendo sin la pelota en esos tres minutos.

Estos períodos son:

….Los 3 minutos iniciales de cada tiempo.
….Los 3 minutos que siguen a una interrupción prolongada.
….Los 3 minutos siguientes a haber marcado puntos.
….Los 3 minutos siguientes a haber recibido puntos.
….Los 3 minutos finales de cada tiempo.

Nuestro momento en el partido, ¿Como reconocerlo? Algunos ejemplos:

Cuando vemos que el rival comete impresiciones constantes, falta de coordinación o comunicación.
Cuando percibimos nervios o desinteligencias entre ellos.
Cuando marcamos puntos en un lapso breve de tiempo.
Cuando nos salen dos o tres movimientos casi perfectos.
Cuando sacamos una ventaja importante en pocos minutos de juego.
Cuando aun siendo dominados el equipo rival no logra reflejarlo en el marcador.
Cuando el rival desperdicia claras situaciones para marcar puntos.
Cuando el partido se juega al ritmo que imponemos nosotros.
Cuando robamos pelotas en las fases de obtención.

De todo esto se deduce que el equipo está en su momento….si tiene la pelota marca puntos…….y si no la tiene el rival no logra marcarle puntos (obviamente, impide que lo sería el momento bueno del rival)

Cuando la cosa no viene bien: Situación inversa a la anterior

Se recomienda:
No perder la confianza en nuestras habilidades y destrezas.
Mantener la serenidad y aumentar la concentración.
Bajar el ritmo.
Jugar lo básico con variantes seguras y de control para ir soltando el partido.
No enojarse con uno mismo, ni con los compañeros.
Nunca demostrar al rival que tenemos problemas (ser perfectos actores en disimular que las cosas no están saliendo como las planificamos.

(c) Jim Greenwood - Rugby para Pensar

lunes, 19 de agosto de 2024

DISTORSIONES INTERNAS DE JUEGO


Una distorsión cognitiva, es el proceso erróneo de una información. Estas percepciones y pensamientos distorsionados que realiza una persona, acerca de sí mismo, del mundo y del futuro, son las que determinan creencias mal-adaptativas, transformando la realidad, reaccionando siempre de la misma manera aprendida.
Cuando hablamos de competencia, todos queremos ganar, eso es lógico, pero no debe convertirse en único imperativo. Si el jugador construye su juego en base a resultados, lo está realizando bajo el mecanismo de la idealización; la representación de una “realidad” interior, que debe ser confirmada, para sentir que somos “buenos”. Cuando los números no acompañan, es un golpe, que ratifica la idea de desvalorización interna, que todos, en ciertos momentos de la vida, llegamos a sentir.
Una de las formas ilógicas de estas distorsiones se llama “descalificación de lo positivo”. Se trata de jugadores, que desconsideran u omiten sus buenas experiencias, magnificando las malas. No se trata sólo de ignorar lo positivo de su juego, sino que lo transforma, inteligente y rápidamente en su opuesto. Descalificar lo positivo, es una de las formas más destructivas de la distorsión cognitiva, nos desvalorizamos, lo comparamos y confirmamos con el resultado. “Siempre hago lo mismo”, “que mal jugué”, “todo me salió mal”, etc.
Un ejemplo cotidiano, sería la forma en que la mayoría de nosotros hemos sido condicionados a responder a los elogios. Cuando alguien alaba tu juego, o tu entrenamiento, puede que te digas a vos mismo: “quieren quedar bien, y nada más“. Con un golpe rápido, descalificas mentalmente su elogio.
Muchas veces, cuando nos centramos en lo negativo, tendemos a quitar importancia a las cosas buenas. Yo te pregunto: todas las buenas jugadas que has hecho, ¿donde las ponés? o acaso no sirven. Es imposible que todo te salga mal, rebobiná, y acordáte de los buenos momentos que has tenido. Aprendé a valorizarte. Aunque de diez te hayan salido cuatro, esas cuatro valen mucho, las malas no cuentan. No te apresures a sacar conclusiones de tu conducta, y no te evalúes en categorías extremas como “bueno” o “malo”.
El deportista, debe crear su propio espíritu de lucha cambiando sus mapas mentales. Todo está en tu percepción, en tus creencias, y forma de ver las cosas. El ideal estado mental es lasensación de sentirse seguro, focalizado en el objetivo, en la sincronización de la mente y el cuerpo en un mismo estado, sin interpretaciones personales o críticas.
Cuando caemos en nuestras demandas emocionales, cae nuestro equilibrio, ya que no podemos encontrar repuestas en lo imaginado. El jugador es un continuo buscador de preguntas, y las soluciones se deben trabajar, y buscarlas en tu confianza interior.

Lic Julia Alvarez
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lunes, 12 de agosto de 2024

SUPERAMOS LOS 86.000 CONTACTOS


Sumate a nuestros contactos en las redes sociales. La información que les llega a todos sirve para un rugby mejor y más seguro. 

En varios años con nuestro blog, nos hemos ido instalando como espacio de referencia y consulta donde cada vez más entrenadores, jugadores, refs y voluntarios nos siguen con
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lunes, 22 de julio de 2024

PLANIFICACION A LARGO PLAZO


En el libro "Guardiola, el ladrón de ideas", el autor, Germán Castaños, hace una referencia a la planificación a largo plazo. Bajo el titulo "La Macia y el Barcelona"¨, relata que, en la escuela del  Barcelona FC, previa a la Cantera, sus equipos de 7 años, participan de varios torneos y que a pesar de que muchas veces pierden los partidos que juegan, nunca dejan de ejecutar los gestos técnicos como esta planificado. El arquero se la pasa al defensor, éste al mediocampista etc.

Con los años ese automatismo aumenta y los resultados se invierten. La inversión de tiempo, paga con creces y tienen jugadores mejor formados y que además saben lo que es perder.

Todos los fines de semana de rugby surge la misma charla. Están los entrenadores que son corto placitas, que se fijan solamente si se gana o no el partido. Ubican a los jugadores en la cancha con el objetivo de ganar y dejan de lado la preparación  individual y grupal. Seguramente se ganen partidos, pero también se pierda tiempo en la inversión de la formación del jugador.
Claro que a todos nos gusta ganar, pero debemos tener claro que no el único objetivo. Si bien hay diferencias entre un equipo de categoría juvenil e infantil, no debemos perder el norte de la importancia que tiene la formación del jugador.

Obviamente qué si la M9 pierde el Sábado, no es lo mismo que si pierde la M19. Los primeros están dando sus primeros pasos en el rugby y los segundo, están muy cerca del plantel superior.
Lo que debe quedar claro que ganar es importante, que tenemos que formar jugadores que sepan lo que es ganar, pero que también entiendan lo que es perder. Sin dramatismos, pero aprendiendo a tolerar las frustraciones de la derrota y controlando la efusividad de la victoria  

Debe ser prioritario que los jugadores puedan desarrollarse individualmente y colectivamente. Poder plasmar los diferentes objetivos según edades cronológicas, de desarrollo y de niveles de juego. Sin dramatismos, pero aprendiendo a tolerar las frustraciones de la derrota y controlando la efusividad de la victoria  

Planteado de ésta manera y sin querer dejar de ganar, porque es importante también entrenar este objetivo, puede darse la situación de que ganemos sin cumplir los objetivos planificados, no es lo ideal. Nos puede nublar un poco la vista y creer que estamos por el camino correcto. Puede suceder que ganemos cumpliendo los objetivos. Claramente este es el mejor escenario. Nos posiciona en un lugar, donde debemos salir todo el tiempo de la zona de confort, no creer que ya esta todo entrenado.
También puede darse que perdamos tratando de cumplir nuestros objetivos, este es un muy buen escenario. Permite ver que cosas están saliendo y cuales hay que reforzar lo que planificamos.
La peor situación es perder sin siquiera poder aplicar lo que planificamos y practicamos. Acá obliga a repensar que estamos haciendo como entrenadores y que están entiendo nuestros jugadores.

Trazar un plan a largo plazo, con objetivos claros, ejecutables y medibles, permitirá tener un norte hacia donde tenemos que dirigir el proyecto. Claro que no siempre se ven los resultados de inmediato. Es más, la mayoría de las veces, el fruto de la cosecha es levantado por otro grupo de entrenadores. Pero este no es el punto.
La idea es que cada categoría tiene su planificación específica, enmarcada en un plan macro. Los entrenadores debemos pensar en los jugadores actuales, que serán los jugadores del futuro. Entonces no nos importara no ver la cosecha en el momento, muy por el contrario, disfrutaremos de ver los frutos del futuro.

Bibliografía: "Guardiola, El ladrón de ideas"- Germán Castaños - Editorial Hojas del Sur - 2018.

Darío Salluzzi | Licenciado en Educación Física | Email: dario.salluzzi@gmail.com
Material autorizado para su reproducción citando autor y fuente.

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