Ya cerca del mundial de fútbol 2014, se vuelve a hablar sobre el problema
de los vómitos de Messi. Si bien se ha realizado varios estudios, nada que lo
justifique se ha encontrado en el examen médico y de laboratorio.
Sin embargo, a mi entender, tendría también que pensarse, si esta sintomatología ésta relacionada a la parte psicológica del jugador.
Sin embargo, a mi entender, tendría también que pensarse, si esta sintomatología ésta relacionada a la parte psicológica del jugador.
Estaríamos hablando de posibles síntomas
psicosomáticos. Las enfermedades psicosomáticas son producidas por factores psicológicos: un trastorno, que al no presentar en su base una
lesión orgánica, se dispara generando la disfunción de un órgano.
El cuerpo humano
es una combinación de funciones, en continua sincronización entre lo físico y
lo psíquico. Se moviliza con gran
cantidad de energía, que necesita ser debidamente descargada, para mantener un
equilibrio perfecto y silencioso. Cuando ésta homeostasis se altera, esa
energía, se libera por otros canales, como
ser: el organismo. Es decir, un inadecuado procesamiento psíquico, rompe
el equilibrio necesario, bloqueando los ritmos biológicos, y la coordinación
motriz, obstaculizando de diferentes formas la eficacia deportiva. Si influyen
en la musculatura, se producen calambres de origen nervioso, si influyen en el
aparato digestivo, vómitos. También puede hablarse de dolores abdominales,
palpitaciones, parálisis, pérdida de la sensibilidad en miembros, dolores de estómago o cansancios inesperados,
particularmente en momentos claves del partido.
Es cuando decimos, que “el cuerpo habla”.
Todo lo no dicho, es hablado por el organismo, y es necesario escuchar esos
mensajes, ante que el cuerpo explote.
Se origina ante situaciones de estrés, de
presión. Los vómitos de Leonel, podrían presentarse ante un cuadro de ansiedad desmesurada ante la posibilidad de ‘hacerlo
mal’ o ‘rendir menos’. Tener que
estar siempre sosteniendo esa situación, en ser “el mejor”, genera tensión,
miedo, preocupación por mantener su posición, o culpa, por no cumplir con las
expectativas puestas sobre sus hombros. Este proceso interno, al no
poder ser elaborado, significado y puesto en palabras, junto a un psicólogo,
genera este tipo de enfermedades físicas y psicológicas, entre los cuales están
los vómitos.
En los equipos colectivos, estos
síntomas, pueden pasar inadvertidos, pidiendo cambio de jugador, pero Messi, no
es un jugador para cambios, lo han entronizado en un lugar difícil de cambiar,
y desde esa posición debe jugar y rendir, cumpliendo el rol, y la función que
le fue otorgada.
En todo deporte, ser el
mejor jugador, como el peor, produce mucha presión. Messi está siendo
continuamente exigido a dar lo mejor de él, a hacer goles, a producir ese
número que marca la diferencia entre ganar y perder.
La mejor manera
de prevenir estos trastornos, es reduciendo
la cantidad de energía acumulada, por medio de la simbolización, de la
palabra, de la representación verbal, con un profesional, donde el psicólogo pueda transformar ese contenido. Se le debe enseñar
al jugador a “hablar”, y a “aprender” a oír los primeros síntomas
del cuerpo antes de que el cuerpo grite.
Lic Julia Alvarez
Iguña
@IgunaJulia
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