En Argentina como en gran parte
del mundo, las asociaciones deportivas, gobernadas y administradas por personas
que conforman comisiones directivas ad honorem ó amateurs, se encuentran con el
problema de completar sus cuadros de gestión por personas que también son
voluntarias y no perciben retribución alguna, con excepción de aquellos que
mantienen relación de dependencia de tiempo completo, en las diversas
organizaciones.
Vamos a encontrar dentro de ese
universo de personas dispuestas a colaborar y comprometerse de manera
espontánea, tantas voluntades como necesidades personales y particulares que
deben ser satisfechas al realizar las diferentes tareas que se encomiendan.
A estos voluntarios los podemos
identificar en tres grupos definidos por su motivación, de la siguiente manera:
1) Aquellos que centran en ellos mismos, se preocupan de sus propios sentimientos
y valores, con independencia de lo que el voluntariado les puede aportar, a
estos les interesa estar entre bambalinas, pasar inadvertidos y dedicarse a un
trabajo esperando que surjan solos los lazos afectivos en su participación, 2)
Aquellos que piensan en el prójimo, y entonces dan más importancia al apoyo
social y a la posición que el trabajo les puede brindar, ven la posibilidad de
realizarse y mostrar sus talentos ocultos, y ostentan cierto grado de poder al
desarrollar las tareas; y 3) Aquellos que cuyo único objetivo es servir a un
club deportivo que les ha dado su apoyo durante largos años como jugador, y se
ven como voluntarios devolviendo al club todo lo que recibieron, saldando así
la deuda moral contraída durante esos años.
También se deberá tener en cuenta
que existen unos voluntarios que desean mantener su autonomía, otros que
esperan órdenes claras y precisas. Unos prefieren trabajar solos, y otros solo
aprecian el trabajo en grupo.
¿Cómo identificar entonces las
necesidades de cada voluntario para proceder a su elección y su asignación de
tareas?. Deberán seguirse las siguientes etapas:
1.- Identificar las tareas y
funciones que requieren voluntarios.
2.- Identificar el tipo de personas
necesarias.
3.- Enumerar las fuentes de
voluntarios (deportistas actuales, familiares de estos, antiguos deportistas,
estudiantes, etc.).
4.- Impulsar estrategias de
búsqueda (contacto personal, telefónico, correo electrónico, redes sociales,
periódicos, panfletos, folletos, etc.).
5.- Discutir el programa del club y
sus objetivos con el voluntario, y determinar su grado de interés y sus
habitualidades (tiempo disponible, compromiso con la tarea, conocimiento de la
tarea, etc.)
6.- Asignarle funciones que sean a
la vez importantes para la organización deportiva y para él.
Es de hacer notar que el programa
del club y sus objetivos debe necesariamente tener en cuenta también las
necesidades y motivaciones del voluntariado.
Aparece luego el inconveniente del
cambio de personal (voluntario y rentado) con demasiada rapidez en este tipo de
organizaciones, promedio cada dos o tres años. Las siguientes ideas, tomadas
como consejos útiles pueden ser aplicadas para solucionar esta etapa
conflictiva en muchos clubes:
a- Ayudar a que los voluntarios
sean más eficaces organizando talleres de orientación y formación, dándoles
ocasiones frecuentes de perfeccionamiento y desarrollo.
b- Ofrecer a los voluntarios
ocasiones de ser evaluados en su trabajo, (tanto por los administradores de la
asociación como por sus pares).
c- De acuerdo a su evolución,
ofrecerles nuevos desafíos y responsabilidades.
d- Implementar un sistema de
colaboración entre voluntarios para que se apoyen mutuamente.
e- Estar atentos de las
necesidades e intereses de cada voluntario y manifestar un interés real por su
trabajo.
f- Compartir toda la información
con ellos e interesarlos teniéndolos al día constantemente sobre lo que sucede
en el club.
g- Ofrecerles la ocasión de
compartir sus experiencias con otros voluntarios, en especial con los que se
pretende integrar (jornadas o talleres de reflexión).
h- Darles las mejores condiciones
físicas de trabajo posibles.
i-Construir la acción y la gestión
con el esfuerzo positivo, reconociendo públicamente sus contribuciones como
voluntario, ensalzando sus ideas creativas e innovadoras.
La conservación y la búsqueda de
voluntarios en los clubes y asociaciones deportivas debe ser una preocupación
constante de sus directivos. Corresponde a estos poner en marcha un sistema de
búsqueda y conservación de sus voluntarios, que deben ser considerados tal como
se lo hace con los remunerados, vale decir, personas importantes, que poseen
intereses, expectativas y grados de aspiración muy diferentes unas de otras.
Bibliografía:
Mitchelson, B., and Slack T., (1982), The volunteer Sport Administrator, Otawa,
Chaper.
Luis Horacio Ibañez Gattelli
Twitter @LuisIbaez2
Material autorizado para su reproducción citando autor y fuente.
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