En el libro "Guardiola, el ladrón de ideas", el autor, Germán Castaños,
hace una referencia a la planificación a largo plazo. Bajo el titulo "La Macia
y el Barcelona"¨, relata que, en la escuela del
Barcelona FC, previa a la Cantera, sus equipos de 7 años, participan de
varios torneos y que a pesar de que muchas veces pierden los partidos que
juegan, nunca dejan de ejecutar los gestos técnicos como esta planificado. El
arquero se la pasa al defensor, éste al mediocampista etc.
Con los años ese automatismo aumenta y los resultados se invierten. La
inversión de tiempo, paga con creces y tienen jugadores mejor formados y que
además saben lo que es perder.
Todos los fines de semana de rugby surge la misma charla. Están los
entrenadores que son corto placitas, que se fijan solamente si se gana o no el
partido. Ubican a los jugadores en la cancha con el objetivo de ganar y dejan
de lado la preparación individual y
grupal. Seguramente se ganen partidos, pero también se pierda tiempo en la
inversión de la formación del jugador.
Claro que a todos nos gusta ganar, pero debemos tener claro que no el
único objetivo. Si bien hay diferencias entre un equipo de categoría juvenil e
infantil, no debemos perder el norte de la importancia que tiene la formación
del jugador.
Obviamente qué si la M9 pierde el Sábado, no es lo mismo que si pierde
la M19. Los primeros están dando sus primeros pasos en el rugby y los segundo,
están muy cerca del plantel superior.
Lo que debe quedar claro que ganar es importante, que tenemos que formar
jugadores que sepan lo que es ganar, pero que también entiendan lo que es
perder. Sin dramatismos, pero aprendiendo a tolerar las frustraciones de la
derrota y controlando la efusividad de la victoria
Debe ser prioritario que los
jugadores puedan desarrollarse individualmente y colectivamente. Poder plasmar
los diferentes objetivos según edades cronológicas, de desarrollo y de niveles
de juego. Sin dramatismos, pero aprendiendo a tolerar
las frustraciones de la derrota y controlando la efusividad de la victoria
Planteado de ésta manera y sin querer dejar de ganar, porque es
importante también entrenar este objetivo, puede darse la situación de que
ganemos sin cumplir los objetivos planificados, no es lo ideal. Nos puede
nublar un poco la vista y creer que estamos por el camino correcto. Puede
suceder que ganemos cumpliendo los objetivos. Claramente este es el mejor
escenario. Nos posiciona en un lugar, donde debemos salir todo el tiempo de la
zona de confort, no creer que ya esta todo entrenado.
También puede darse que perdamos tratando de cumplir nuestros objetivos,
este es un muy buen escenario. Permite ver que cosas están saliendo y cuales
hay que reforzar lo que planificamos.
La peor situación es perder sin siquiera poder aplicar lo que
planificamos y practicamos. Acá obliga a repensar que estamos haciendo como
entrenadores y que están entiendo nuestros jugadores.
Trazar un plan a largo plazo, con objetivos claros, ejecutables y
medibles, permitirá tener un norte hacia donde tenemos que dirigir el proyecto.
Claro que no siempre se ven los resultados de inmediato. Es más, la mayoría de
las veces, el fruto de la cosecha es levantado por otro grupo de entrenadores.
Pero este no es el punto.
La idea es que cada categoría tiene su planificación específica,
enmarcada en un plan macro. Los entrenadores debemos pensar en los jugadores
actuales, que serán los jugadores del futuro. Entonces no nos importara no ver
la cosecha en el momento, muy por el contrario, disfrutaremos de ver los frutos
del futuro.
Bibliografía: "Guardiola, El ladrón
de ideas"- Germán Castaños - Editorial Hojas del Sur - 2018.
Material autorizado para su reproducción citando autor y fuente.
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