Una de las más lindas experiencias de todo juego colectivo, es la de ser parte de un equipo. El hecho de haber vivido,compartido historias y vivencias grupales, es la mejor manera de recordar el viaje emprendido en el deporte.
Hablar de rugby es hablar de equipo, unión, identidad y pertenencia grupal. Su espíritu surge cuando cada persona entiende que el triunfo no es de uno, sino de los diversos roles y funciones que se fusionan en común; cuando cada jugador vive el desafío de ser lo que los demás se proponen, divirtiéndose y creciendo en el proceso de aprendizaje grupal.
En un “equipo”, no sirven personas aisladas, talentos individualistas o jugadores estrella; factores que generan obstáculos a la hora de jugar, produciendo rivalidades, celos,hostilidad, fallas en la comunicación, que irremediablemente inciden en la intercepción y en la anticipación de juego.
Desde la psicología, cuando trabajamos con un equipo, se debe combinar la capacidad individual con una consciencia integrada de “identidad y pertenencia”, que brinde la sensación de estar rodeada de personas que van adonde todos quieren ir y no en un simple “ideal” motivado por el ego y la figuración.
Es una comunicación abierta, que implica la capacidad de suspender supuestos y entrar en un verdadero “pensar juntos”, prevaleciendo el nosotros por encima de lo individual.
Desplegar una escucha abierta, no sólo de éxitos, sino también de conflictos, discrepancias, insinuaciones y quejas. No podemos hablar de equipo cuando el jugador se siente vulnerable ante sugerencias, criticas, o negando escuchar aquello lastima, que hiere la autoestima.
Cuando estos procesos no son trabajados, se produce desinformación, verdades a medias,falsas interpretaciones y mentiras disfrazadas, para poder quedar bien y no entrar en conflicto. Por eso es importante desarrollar un diálogo claro, sincero y abierto, ya que lo que no se trabaja en el equipo, se comunica luego en el partido.
Puede ser que no todos sean íntimos amigos, encontraremos diferencias, pero en la cancha son todos iguales, nadie brilla más que el otro. A la cancha se sale a ganar, no a hacer relaciones sociales o a encontrar tu mejor compañero.
En un partido, no se puede elegir con quién vas a jugar. Vas a salir con el que mejor esté jugando. Eso habla de la función del jugador.
A - Los componentes de un buen equipo, deben poseer la capacidad de mostrarse tal cual es, y no cómo les gustarían que los vieran.
B - Desarrollar una sincera auto-reflexión y auto-critica, para hablar de sus fortalezas y aspectos a mejorar.
C - Trabajar la comunicación grupal, ¿cómo se ven como equipo?, ¿qué necesitan para cambiar?, ¿cómo lo implementarían?
Desarrollar una fuerte cohesión grupal que les permita compartir los mismos sentimientos y sensaciones, fortaleciendo al equipo, tanto en las victorias como en las derrotas, y creando una realidad grupal que no separa a nadie, sino que reúne a todos.
Lic Julia Alvarez Iguña
@IgunaJulia
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