Menos de un año después de tomar los mandos de la selección de Australia, Michael Cheika se encuentra en la final de la Copa del Mundo. Los frutos de un método basado en fuertes convicciones sobre el juego y el concepto de grupo, que son detallados a continuación:
1 - Su primera tarea: unificar los Wallabies. Cuando llegué a la conducción del equipo, vi a jugadores que querían aportar al equipo, pero no sabían cómo hacerlo. Cómo jugar juntos, contra jugadores que jugamos todo el año y que son contrincantes. La clave para mí fue la de crear un buen grupo unido que quiera representar a su país de la mejor manera, un grupo de 30 jugadores. Todavía estamos trabajando en ésto todos los días porque ésto ha sido la base de éste equipo de rugby. La amistad entre todos es mi prioridad.
2 - La derrota contra Francia fue una lección. Durante la gira de otoño, le ganamos a Gales y fue un gran momento. Sin embargo perdimos en el Stade de France, estábamos mal preparados y nos vencieron fácilmente. Fue una buena lección para mí y para los jugadores. Desde entonces, queremos estar preparados de la mejor manera posible y pensamos en todo momento cómo vamos a seguir adelante. No es por eso que vamos a ganar todos los partidos, pero sí vamos a entrenar mucho por ello.
3 - Que no importe demasiado el resultado. La presión no está vinculada a los resultados. Es más sobre el descubrimiento de nuestro propio potencial y cómo explotarlo al máximo. Por supuesto que queremos vencer a todos los equipos que enfrentamos, pero no ponemos la presión sobre ello. Nuestro deber es representar lo que entendemos como la identidad de éste equipo.
4 - Jugar o morir. Nuestro deseo es siempre querer marcar tries aunque a veces puede parecer ingenuo, porque abrimos muchos espacios al rival y le ofrecemos oportunidades para el contra ataque. Creo que éste es el juego que los australianos quieren ver y esperan de nosotros. No vamos directo al contacto sino que practicamos jugar de forma abierta. Esta es nuestra cultura ancestral. Yo prefiero jugar así, lo mejor que podemos, y perder, que ganar con un estilo diferente. Podemos ganar una vez alterando nuestro juego, pero nunca ganaremos el partido más importante.
Autor: Anthony Tallieu (Desde Londres).
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