Si.. Mi
pequeño juega al Rugby.
Supongo desde siempre, mi inconsciente lo soñaba. Aun
así, me asustaba su herencia recibida, la misma que por sangre y amor a mi me
transfirieron. Los temores se apoderaron de mí, pensando, recordando los
golpes de los cuales mi padre se jactaba, aquellas pruebas de fuego, las
marcas del Rugby, esas que no duelen tanto aunque así lo parezca. De un momento
para el otro, comenzaron los entrenamientos, los partidos, las prácticas, el
tercer tiempo, y con ello también los botines, camisetas, protectores y demás.
De alguna u otra manera... Nada me extrañaba.. Esta en su adn... Lo lleva en su
sangre!
Lo veo con sus piecitos invadir el césped sagrado de la cancha de la
escuela de la vida. Lo veo salir con el uniforme de su equipo, tan sonriente y
seguro... más de lo habitual. Veo que elige ser parte de una familia sin
fronteras, ese mundo, a veces no tan conocido, en donde los valores se pregonan
y se forjan día a día. Donde el "gordo" es un TORO, y sin él, los demás
no son lo mismo. También está el flaco, el alto, el bajo, el soñador, el que
tiene talento y el que aun no lo desplegó. Donde al profesor se lo respeta,
donde TODO se comparte, donde el rival frecuentemente se aloja en casa, donde
solo importa divertirse y jugar en equipo. Lo vi hacer un try y que todos sus
amigos lo abracen, lo vi pasar la pelota a un compañero, lo vi tacklear para
volver a recuperarla, lo vi caerse y levantarse... Muchas veces! Lo vi llorar
por un golpe, lo vi jugar dolorido por un tackle recibido, y también lo vi reír
como nunca antes. Lo vi jugar bajo la lluvia, meterse en los charcos,
embarrarse hasta quedar negro, lo vi al final de un partido darse la mano con
el oponente, para luego, fundirse todos juntos en un tercer tiempo. Me vi desde
lejos a un costado de la cancha, con frío, con calor, de día o de noche... Lo
misma da.
Vi a mi padre con lágrimas en sus ojos, verse reflejado en su nieto,
volviendo a revivir a través de él, aquellos recuerdos que su alma atesora
y.... JAMAS olvida. Lo vi entrar a casa con los botines embarrados, la camiseta
tirada en el piso, las medias todas mojadas y tirarse en el sofa, FELIZ. Lo vi
llegar cansado del colegio y solo tener ganar de ir a practicar. Vi y entendí
que el objetivo del Rugby es que los niños jueguen y el super objetivo es que
sean buenas personas. El Rugby te hace, te trasforma a ti mismo y a la sociedad
en la que vives.. Mientras juegas eres, mientras eres siempre puedes luchar. Y
es ahí... Donde todos mis temores se desvanecieron y comprendí que le estábamos
dando el mejor de los regalos. Me habla de Rugby con amor y orgullo. El Rugby
no sólo se ve en la cancha, el Rugby se ve en la vida.
Sin duda alguna mi hijo
es un rugbier, que plenitud poder gritarlo de esta manera!
Autora: Loreley Marti
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