miércoles, 27 de junio de 2018

NO JUGUÉ RUGBY


Yo no jugué rugby, jamás lo hice, no se de moretones, ni de bajar la pelota en un line, ni de hacer un buen maul o que se caiga el scrum. Desconozco la alegría que se debe sentir por ser el autor de un try, de pasar la pelota y que te la devuelvan, de romper líneas, de avanzar, de empezar a correr sintiendo el viento, y percibiendo que me siguen, vibrando la adrenalina de llegar a esa ansiada línea de in goal. Tampoco sentí que mi cuerpo duela a más no poder y solo tener ganas de seguir jugando, no se de quebraduras ni de malos golpes, tampoco de cargar una amarilla por defender a un compañero en la cancha.
Pero sí se de valores, de los valores con los que crecí, con los que me formaron, de los valores y enseñanza que transmite el rugby. Porque llevo en mi sangre la sangre de un rugbier, porque rugbier se es toda la vida, aun cuando las piernas no responden y la mente se encuentra más cansada de lo habitual. Llevo en mi sangre ese amor que se transfiere, que emociona hasta las lágrimas y cala los huesos. Del rugby aprendí tanto tanto, aprendí que quince empujan más que uno, pero que si ese uno no empuja el resto lo nota.

Aprendí a manejarme con respeto y a jamás pero jamás, bajar los brazos. Son mis sueños los que están delante de mi, siempre para adelante, en la línea blanca, esperándome, por más que quieren frenarme debo aferrar me a ellos tan pero tan fuerte como si agarrara la querida ovalada. Aprendí el valor de la palabra amistad, ese círculo irrompible, lleno de códigos, que dura por toda la eternidad. Aprendí el valor del abrazo, del encuentro, la palmada, las risas añorando viejos tiempos compartidos. Aprendí de la humildad, de la hermandad, de como se aplaude el esfuerzo y la victoria del otro, que en un momento es mi rival, para luego en un 3er tiempo convertirse en un par, un camarada. Este bello, tan bello deporte de rufianes jugado por caballeros me ha dado tantas emociones que llenan profundamente mi alma de experiencias compartidas tan inolvidables. Pude ver y vivir lo que de pequeña soñaba, y se que me falta mucho más por disfrutar. Vi a los Pumas "de bronce", si, 3eros del mundo. Vi con lágrimas en los ojos, como levantaban esa copa que estoy segura todos levantamos. Vi que el rugby profesional dejara de ser amateur y vi después de tanto esfuerzo como aquellos héroes lograron que un 3 naciones se convirtiera en 4. Sin pensarlo, por herencia y por elección soy parte de una familia sin fronteras, porque a este amor y a la camiseta jamas se los deja, nos persigue por el resto de nuestras vidas señores, entre la multitud se reconocen, se huelen, se perciben y y se funden en un abrazo sin más. Porque un rugbier se es todo la vida, porque el rugby gente, es un medio para mejorar personas.

Qué lindo es el rugby!

Autora: Loreley Marti
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