NO MUCHAS RESPUESTAS ... APRENDIENDO A HACER MEJORES PREGUNTAS

La palabra crisis es definida por el diccionario de la Real Academia Española (RAE) como una situación decisiva que pone en peligro un proceso. Y si lo pensamos bien, muchas cosas serán afectadas por el aislamiento actual. Luego de este virus Covid-19, y todo lo que ha cambiado y seguramente cambiará, sugerimos reveeer nuestra propia filosofía de entrenadores de rugby y comenzar una nueva “Filosofía de entrenador 2020”.

Siempre es posible mejorar; ¡es posible que tengamos que redefinir la mejor versión de nosotros mismos! Recuerden una vez más que, si los entrenamientos no son divertidos, los jugadores no volverán la próxima semana, ¡y nunca tendrán la oportunidad de mejorar!

Un desafío para el "entrenador de rugby que aprende siempre" es revisar constantemente sus comportamientos, sus hábitos y su filosofía.

Entonces, ¿cómo podría ser una nueva Filosofía 2020?

A lo largo de los años, al menos por mi parte, he tenido varios intentos de definir una propia filosofía como entrenador, desde el simple “hacelo mejor”, pasando por la filosofía de 6 palabras, la vieja escuela y otros tantos métodos.

Si siempre es posible mejorar; ¡es posible que tengamos que redefinir nuestra mejor versión este año 2020 luego de todo lo que está cambiando! Todas nuestras prácticas deben incluir un nivel apropiado de distintos desafíos para los jugadores, identificar las debilidades planificando de modo de poder abordarlas con los jugadores e intentar poder ir alegres como entrenadores a las prácticas para que seamos exitosos.

Los entrenamientos tienen que ser DIVERTIDOS: si no lo es, los jugadores no volverán a los próximos entrenamientos y los jugadores ¡nunca tendrán la oportunidad de mejorar!

Se debe proponer la competencia en su justa porción y asegurarse que los jugadores experimenten al menos algo de éxito en cada sesión: ¡la competencia y la confianza contribuyen a la diversión!

Hacia una nueva filosofía

Los pilares principales de esta nueva versión 2020 deben ser concretos. Es posible “hacerlo mejor” (tomado del libro Growth Mindset) y se debe recordar que, para la mayoría de los jugadores, el deporte solo será recreativo: están jugando por DIVERSIÓN.

Esto último no impide encontrar un nivel apropiado de competitividad, siempre y cuando se haga hincapié en el modelo de "verdadera competencia", como fue descripto por Shields y Bredemeier (2009), esforzándose con (junto a) un oponente para mejorar las habilidades, no (sólo) en contra.

Incluso también, debemos poner énfasis en qué tipo de jugadores y jugadoras uno quiere contribuir a formar y cuál es el proyecto formativo de nuestro club (o construirlo en el caso de aún no tenerlo).

Componentes faltantes

Un elemento de análisis que no puede faltar (y que no esté como implícito) es la necesidad de desarrollar y mejorar las fortalezas: los jugadores deben experimentar el éxito (no con demasiada facilidad) y sentir que realmente están exhibiendo (o desarrollando) dominio sobre una actividad o técnica en particular.

Si constantemente "ganan" con demasiada facilidad, se aburrirán. Si la tarea los derrota cada vez, se rendirán. Por lo tanto, las fortalezas tienen que ser disfrutadas y desafiadas.

También falta en estos principios cualquier conexión explícita con los jugadores, o cualquier comprensión verdadera de sus motivaciones individuales.

Pregúntense lo siguiente: ¿por qué los jugadores tendrían que jugar si pueden hacerlo en una pantalla o en alguna maquinita? Sin lugar a dudas, será muy importante tener en cuenta los aspectos de las motivaciones de aprendizaje, tanto para los jugadores como para los entrenadores.

¿Pero realmente estoy entrenando o simplemente estoy facilitando actividades? Quizás sea una pregunta genuinamente filosófica.

En conclusión

Proponerse una nueva filosofía de entrenador 2020 que incluya:

Mejorar la forma de entrenamiento anterior.

Desafiar y mejorar las habilidades existentes, y alentar / facilitar el desarrollo del dominio en el jugador.

Comprender mejor qué motiva a los jugadores: preguntarse qué necesitan o desean los jugadores y asegurarse que las prácticas aborden esas necesidades y deseos de los jugadores.

Bibliografía sugerida:

Juan Casajús. (2019). El rugby y los entrenadores de categorías formativas: Hallazgos para pensar la práctica. 13 Congreso Argentino de Educación Física y Ciencias, Ensenada, Argentina. Disponible en http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/library?a=d&c=eventos&d=Jev12867

Carol S. Dweck. (2006). Mindset: The New Psychology of Success. Random House.

Sebastián Perasso. (2013). Rugby Didáctico 6. Editorial Zona de Tackle.

David L. Shields and Brenda L. Bredemeier. (2009). True competition: a guide to pursuing excellence in sport and society. Champaign, IL, Human Kinetics.

Rachel Fershleiser. (2008). Not Quite What I Was Planning: Six-Word Memoirs by Writers Famous and Obscure. Harper Perennial.

Juan Casajús
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Publicado en Marzo de 2020

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