Los trabajos de René Deleplace sobre el movimiento general del juego y su lógica interna han tenido una enorme influencia en el desarrollo táctico del rugby a nivel mundial. Un elemento central de su teoría ha sido la libertad de la iniciativa individual que a su juicio debe existir en las fases de movimiento general del juego. Su metodología ha sobrepasado el estricto ámbito del rugby para convertirse en un modelo de análisis y de entrenamiento en todos los deportes colectivos.
No es casualidad que, además
de un hombre de rugby, Deleplace fuese profesor de matemáticas y músico. Tal
vez por eso, fue capaz de revolucionar el rugby al aplicarle la teoría de las
probabilidades para exprimir las
infinitas evoluciones del juego y establecer su lógica. El desarrollo de
múltiples soluciones sobre el terreno de juego es posible, al igual que sucede
en el jazz, gracias a una improvisación que se trabaja. La decisión de un
jugador en posesión de la pelota condiciona las acciones de aquellos que no lo
tienen, el resto de jugadores se deben adaptar con la mayor precisión posible a
la decisión del portador de la pelota para poder continuar un movimiento sin
interrupción para concertar una acción colectiva armoniosa. En su mundo ideal,
si los jugadores ofrecen múltiples opciones al portador de la pelota es posible
evitar las detenciones del juego y proseguir la acción indefinidamente hasta
que se consiga un try. Sería la sinfonía perfecta que consigue el movimiento
continuo y da la vuelta al mundo jugando la pelota a la mano.
Deleplace introduce el
concepto de referencial común de juego en su obra “Rugby de mouvement. Rugby
total” (1979). Para él, en el desarrollo de las acciones de juego que se
suceden en un partido de rugby es necesario que se produzca una adecuada
articulación entre la iniciativa individual y la organización colectiva.
Además, considera que dicha articulación solo es posible si los jugadores de un
mismo equipo disponen de un conjunto referencias comunes que les permitan
actuar de una manera coordinada. Sus propuestas fueron muy avanzadas para su
época e incluían (aunque sin citar referencias científicas de manera explícita)
aspectos de modelos teóricos dominantes en ese periodo, como el modelo
cognitivo del tratamiento de la información, la escuela de psicología soviética
y el análisis sistemático de la acción de juego.
Para Deleplace, la esencia del rugby es la permanente relación de oposición que existe entre los dos equipos contendientes en el transcurso de un partido, de modo tal que cada uno de los dos equipos debe coordinar sus acciones para obtener la posesión del balón, mantener la posesión, avanzar hacia la zona de ensayo contraria y conseguir marcar. Esta visión dialéctica considera el rugby como un enfrentamiento de un grupo de 15 jugadores que se tiene que organizar para oponerse a otro grupo de 15 jugadores con intereses antagónicos y que genera un entorno cambiante en el que los jugadores deben continuamente decidir cómo actuar. Asimismo, Deleplace considera que saber jugar es fundamentalmente (aunque no exclusivamente) desarrollar una capacidad de pensamiento abstracto sobre las acciones a realizar, es decir, desarrollar el pensamiento táctico.
Aprender a jugar es, en
consecuencia, aprender a actuar en relación a referencias validas que se
ajusten a la realidad de lo que está sucediendo.
(continúa en parte II)
Referencias bibliográficas
Deleplace, R. (1979). Rugby de mouvement, rugby total. Edictions
Revue. Paris.
www.rugbyandfitness.com
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