Nuestro blog continúa con la serie de análisis al respecto de la planificación.
Pueden ver la Parte I en link.
Entrenar un equipo de rugby infantil,
juvenil o de superior obliga a trazar un plan, a delinear una estrategia, a
poner en un papel ideas. Para que éstas ideas sean consistentes y tengan un eje
en común, debemos pensar en un plan, que debe perdurar en el tiempo. Estamos
hablando de planificación a largo plazo.
Ese plan va a permitir que yo puedo ir
evaluando en el día a día si los objetivos planteados, están siendo cumplidos y
por otro lado si es necesario ir haciendo modificaciones. Garry Kasparov dice
¨Que un mal plan es mejor que no tener ningún plan¨.
El tema es ver como yo genero esa
planificación a largo plazo acompañada de planificaciones en el mediano y en el
corto plazo. Todo esto obliga una elaboración de un proyecto, el cual cuenta
con diferentes etapas.
Iniciando
el Proyecto de Planificación
Desde mi forma
de ver la planificación a largo plazo, debemos comenzar por las expectativas de
logro. Estas permitirán tener una idea sobre qué objetivos planificar en forma
anual, teniendo en cuenta la edad, la categoría y el nivel de juego. Éstas expectativas se plantean desde un gran nivel de exigencia. La idea es que nos
sirvan para el delineamiento de los objetivos de la planificación. Si mis
expectativas de logro son muy básicas, mis objetivos acompañarán ese proceso.
Por el contrario, si las expectativas son altas, mis objetivos se potenciarán.
Yo siempre acuño la frase que las
expectativas de logro que yo planifico en los clubes que trabajo si los
jugadores lo cumplen jugarían en los Pumas.
Tiene que quedar claro dos cosas:
·
Es muy difícil que se cumplan
las expectativas de logro
·
Pero debemos recordar que son simplemente orientadoras de lo que yo
quiero lograr en cada categoría o en cada grupo.
Como segundo paso dentro del proyecto
armamos una planificación con los objetivos qué vamos a trabajar en las
diferentes categorías. Estos objetivos están en concreta relación con las
expectativas de logro presentadas anteriormente.
Los objetivos distribuidos a lo largo del
año me permitirán ir armando los distintos momentos de entrenamiento en el mes,
en las diferentes semanas y días.
Si como entrenadores tenemos planificado
que trabajar en cada mes, en cada semana y en cada uno de los entrenamientos,
nos permite poder realizar modificaciones necesarias.
Por último y no menos importante queda la
evaluación diagnóstica del grupo de jugadores. Esto lo realizan los
entrenadores al recibir el grupo nuevo. Los entrenadores salientes dan su
diagnóstico de como termino el grupo y de las características.
Este
diagnóstico permitirá tener claro realmente donde está ubicado el grupo para el
inicio de la temporada. Toda la información que surja de la evaluación
diagnóstica debe ser cotejada con la planificación anual y con las expectativas
de logro, para poder determinar fehacientemente el plan de trabajo.
Planificar en una primera instancia no es
una tarea sencilla la misma debe entrenarse en el día a día generando un hábito
en el entrenador. De la misma manera que el entrenador solicita el jugador que
ciertas técnicas se conviertan en hábitos el entrenador debe dar el ejemplo. Con el tiempo este ejercicio de planificar
se termina convirtiendo en un hábito y empieza hacer una situación más sencilla
de llevar adelante.
Darío Salluzzi | Licenciado en Educación Física | Email: dario.salluzzi@gmail.com
Material autorizado para su reproducción citando autor y fuente.
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